Hoy, viernes 1 de diciembre, inauguramos mes compartiendo otra de las historias escritas por el alumnado ESPA. En esta ocasión, es Marta quien narra. ¡Gracias, alumnado ESPA, por compartir!
Noelia y Raúl eran una pareja maravillosa de profesores que en 2015 emprendió un viaje a Mbini, Guinea Ecuatorial, para dar formación a profesores en un colegio religioso.
Noelia llevaba varios años comprometida con este proyecto. Ella guardaba sus días vividos en un diario y una noche decidió compartir con Raúl estas letras escritas que, sin saberlo, les cambiarían la vida.
“María Luisa desea que uno de sus diez hijos tenga la oportunidad de estudiar en España y poder tener una vida mejor”. Noelia dejó de leer, ambos se quedaron callados y bastó un cruce de miradas. Hendry, un niño de ocho años, hijo de María Luisa, soñaba con poder estudiar en el extranjero.
En septiembre de 2016, Raúl y Noelia, tras muchos trámites y dificultades, hicieron realidad el sueño del niño. Tras un largo viaje, acompañado de la hermana Anabel, una religiosa que ejerce su labor en su pueblo, llegó a Zaragoza.
Es un niño maravilloso, con una capacidad de adaptación increíble. Enseguida hizo amigos en el colegio y se ganó el corazón de padres y profesores. No obstante, solo puede estar en España hasta el 30 de junio debido a que tiene un visado de estudios con régimen de acogimiento familiar. En consecuencia, todos los años, al finalizar el curso, tiene que irse a su país.
Hendry tiene ahora 17 años y, cuando está en Guinea, echa de menos a su familia española: Raúl y Noelia, sus padres, y a Teo y Lucas, sus hermanos.
Vive en un pueblo y dice que siente paz porque no tiene que soportar los ruidos que hay en Zaragoza. A pesar de esa paz, sin embargo, no puede salir a la calle solo. Le llaman “el español”; ahora se ha convertido en un blanco fácil para ser secuestrado y que se pida rescate por él. Por desgracia, es extranjero en ambos países.
En Guinea dicen que España es el cielo, pero él no lo cree.
Marta Pina, 3º ESPA (tarde)
